Desde hace ya unos meses, estamos siendo atacados en España por cada vez más y más recortes en el sector de los servicios públicos, pero lo que es peor, en los más básicos y necesarios; la sanidad y la educación.
Aquí, en Aragón, como en casi todas las comunidades autónomas, encontramos recortes en los presupuestos destinados a la educación, institutos con falta de personal, ya sea de profesores, de limpieza, etc, recortes de un 5% en sus salarios, aumento de un 7% en las tasas de matriculación, aumento en las horas de trabajo de los profesores, despidos de interinos, institutos sin calefacción…
Ahora, el PP está llevando a cabo una nueva reforma educativa; una reforma que pretende prolongar el bachillerato o el grado medio de formación profesional a tres años, suprimiendo así un curso de ESO, el cuál es esencial para preparar a los alumnos para su entrada en la enseñanza posterior a la obligatoria. Algunas de sus medidas tendrán también el objetivo de privatizar áreas de las instituciones destinadas a la enseñanza, como es el comedor de los colegios públicos, o incluso establecer un sistema único, mezclando pública y concertada. Esto dificultaría la enseñanza en las clases sociales más bajas, y la enseñanza superior tendería a volverse cada vez más exclusiva para la élite.
Concentraciones y manifestaciones convocadas por sindicatos, a menudo vendidos, ya se están llevando a cabo, pero es hora de dar ejemplo y usar el arma más poderosa que tenemos para mostrar nuestro desacuerdo; la huelga.
Los motivos nos sobran, las ganas de defender nuestros derechos, también.
Prefiero luchar ahora y no conseguir nada,
que enfrentarme a la mirada de mis hijos y decirles que no hice nada por su futuro