En el año 2010, un grupo de españoles a los que no los empujó la pobreza ni el hambre, sino la convicción, decidió crear una organización encargada de buscar en los desechos alimentos en buen estado para realizar cenas gratuitas y así ayudar a las personas sumidas en pobreza.
Ante la crisis económica que afecta a España muchos españoles sin hogar o sin recursos financieros no han tenido otra alternativa que hurgar en la basura para conseguir comida y así poder alimentarse. Esta práctica ha generado que grupos organizados como el llamado Comida Basura, cuyo lema es “tu basura es mi tesoro”, preparen con desperdicios multitudinarias cenas gratuitas para los más necesitados.
Los miembros de este colectivo, fundado en 2010, recorren las calles de Madrid, capital de España, en búsqueda de alimentos que hayan desechado vecinos, tiendas o supermercados, para organizar con estos desechos las cenas gratuitas.
“Hay días en los que encuentras muchísimo, pero muchísimo, y otros que no encuentras nada”, explicó Luis Tamayo, de 43 años de edad, uno de los fundadores de Comida Basura.
Tamayo lamentó que algunos grandes supermercados rocíen los desechos con productos químicos para inutilizarlos.
La idea de estas cenas “surgió en el año 2010 cuando vimos que había una gran cantidad de alimentos que se desperdiciaban, los datos estadísticos nos llamaron la atención y a partir de ahí buscamos qué podíamos hacer”, explicó.
Según un informe del Parlamento Europeo, cada ciudadano de la Unión Europea (UE) tira a la basura 179 kilogramos de alimentos al año. La media en España, aunque por debajo de la europea, es de 163 kilogramos anuales por habitante.
“Demasiado a menudo los comerciantes y los consumidores tiran a la basura alimentos perfectamente comestibles debido a normas de calidad que exageran la importancia del aspecto exterior”, denunció la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés) en un estudio de mayo de 2011.
Comida Basura busca dar regularidad a sus cenas populares y acompañarlas de acciones como elaborar un mapa con los lugares donde se encontraron buenos alimentos para que otras personas se puedan aprovechar de ello.
Para Pepe Rodríguez, un desempleado de 44 años de edad que se enteró por un amigo de la posibilidad de comer gratis, la comida “está muy rica (…) No me causa ningún problema comer un plato de estos porque sé realmente que la comida que se tira no está en mal estado”, afirma.
Este grupo de activistas no les empuja la pobreza o el hambre para realizar esta obra, lo hacen por convicción y así ayudar a un número creciente de españoles que se encuentran sumidos en la pobreza.
Un 21,8 por ciento de la población española vivía en 2011 bajo el umbral de la pobreza, según datos del Instituto Nacional de Estadística, frente a 20,7 por ciento en 2010 y 19,5 por ciento en 2009.